Mientras la prueba estándar de Habilidad Inhibidora de Vapor (VIA) NACE TM0208, también conocida como la prueba de jarra para evaluar VCI, es una poderosa herramienta para el rápido análisis de embalaje y química VCI, no es siempre suficientemente robusta para evaluar la protección completa del embalaje VCI. Es aún más limitante en sus capacidades para examinar otros productos tales como grasas en aerosol, y otros recubrimientos antióxido directos. Así que, para examinar inhibidores volátiles de corrosión y soluciones aplicadas directas anticorrosivas, nos dirigimos a nuestra gama de pruebas de cámaras ambientales. ZERUST® tiene tres principales tipos de cámaras ambientales para probar recubrimientos inhibidores de óxido y embalaje, cámara con alta humedad, cámara de neblina salina, y cámara de humedad con temperaturas cíclicas.
Nuestras cámaras de pruebas ambientales nos permiten hacer estudios prolongados y con más a profundidad y nos permiten también hacer comparativos de nuestros productos. Debido a su flexibilidad en como los preventivos de óxido pueden aplicarse y elegir otros metales a los que aplicarlos. Podemos probar todo desde el Estándar 1010 de acero hasta metales de grado aeroespacial en combinación con nuestros productos VCI para encontrar la mejor solución anticorrosiva para nuestros clientes. Esta flexibilidad nos permite simular un mejor y único sistema de embalaje específico para el cliente. Por ejemplo, una parte puede ser tratada en los fluidos o fluido mecánico, usado por el cliente, y después empacarlos en varios embalajes VCI, y colocarlos dentro de la cámara apropiada para probar la eficacia de la solución de embalaje VCI.
Este método de prueba presenta un inconveniente: el consumo de tiempo. Las pruebas requieren cientos de horas en una cámara, y dado que los sistemas de prueba son más complejos, la matriz de la prueba tiende a ser mucho más amplia, lo que hace que la preparación sea más complicada y lleve más tiempo. Sin embargo, los resultados de la prueba son invaluables en el sentido que aproximan pruebas en el mundo real en una forma que no puede alcanzarse en escenarios de pruebas más rápidas. También prueba el sistema más exhaustivamente, considerando las propiedades de barrera de los productos de polímeros y recubrimientos, lo cual la prueba de jarra para evaluar VCI no lo logra.
Por ejemplo, una prueba que regularmente hacemos en nuestras cámaras de humedad es una prueba de” Rocío de Sal”. Para esta prueba, las muestras son rociadas con una solución de metanol conteniendo una cantidad significativa de cloruro de sodio (sal de mesa). Esto nos permite aplicar una cantidad controlada de material corrosivo en paneles de acero 10/10 y evaluar la capacidad de nuestros productos para eliminar o neutralizar la sal introducida en el sistema. Esta es una de las pruebas más rápidas que realizamos en nuestras cámaras de humedad y suele tomar solo 3 o 4 días desde la preparación de las muestras hasta su finalización. Sin embargo, esta prueba depende del producto que se esté evaluando y de su desempeño frente a la contaminación por cloruros, una característica que no todos los productos inhibidores de corrosión poseen.
A menudo recurrimos nuestras cámaras ambientales cíclicas para muestras que no están destinadas a tener un efecto neutralizante. Estos ciclos de prueba van entre más alta humedad, estado de temperatura más bajo, estado de temperatura más alto, por el estándar IEC 6068. Este ciclo va desde alta temperatura y humedad, y baja temperatura y humedad, esto es lo mejor para replicar condiciones de envío en las cuales el empaque no estará expuesto a un ambiente exterior, pero si puede experimentar un ciclo natural de oscilaciones de temperaturas diurnas y nocturnas. Nosotros utilizamos esta prueba en combinación con la del rocío de sal para confirmar la protección anticorrosiva prolongada y la habilidad para neutralizar la contaminación por sal.
En la mayoría de los casos, estas pruebas se realizan de forma comparativa, incluyendo controles como películas de polietileno simples, películas de alto rendimiento y películas de la competencia. Esta “prueba tipo carrera de caballos” nos permite evaluar con mayor precisión la posición de nuestros productos dentro del ecosistema de protección anticorrosiva. Sin embargo, una limitación de esta prueba es que no puede predecir el desempeño en el mundo real. Aunque a menudo registramos el tiempo de resistencia a la corrosión en horas, este conteo no es una referencia válida para predecir la protección anticorrosiva en condiciones reales.
La dificultad es que nuestras cámaras son sistemas muy bien controlados. Usan agua desionizada, y la temperatura se mantiene bastante bien. También tienden a aproximarse al peor escenario posible. Hay pocas situaciones en el mundo real donde los empaques se expondrán a tanta humedad como en nuestras cámaras. Del mismo modo, usamos cloruro de sodio puro cuando contaminamos a propósito nuestros paneles con cloruro. Es improbable que cualquier situación en el mundo real pueda tener contaminación tan “limpia”.
Cuando las limitaciones de las cámaras de pruebas se sopesan contra las ventajas, es imposible ignorar la necesidad de una cámara de pruebas ambientales. La recolección de datos de nuestras varias cámaras es invaluable para nuestra investigación y diseño de procesos, y para nuestro equipo de servicio técnico. Además, la capacidad de cámara de pruebas nos permite llevar a nuestros clientes productos y servicios de primera.
